Saint-Malo II (Francia)

INTRA-MUROS DE SAINT-MALO

LA CIUDAD AMURALLADA
UNA VUELTA POR SU CASCO HISTÓRICO


El camino de ronda acaba en la Grand-Porte, desde donde comenzaremos nuestro paseo por la ciudad de intramuros. El casco histórico es bastante pequeño, así que recorrimos prácticamente todas sus calles, siguiendo el símbolo de un armiño con capa, que está incrustado en muchas de sus calles. Probablemente esto sea una ruta turística/guiada, que parta desde la oficina de turismo, pero nosotros no lo corroboramos, y la seguimos por una gran cantidad de calles, hasta que la perdimos de vista.


Según algunas fuentes consultadas, quedan 182 de las 865 casas anteriores a los bombardeos de aliados. El 60% de los edificios quedó totalmente arrasados y el 20% restante muy dañado. Aún así, la reconstrucción ha hecho milagros y prácticamente no nos daremos cuenta de la diferencia.

Las travesías del centro de Saint-Malo son angostas, a cuyos lados se distribuyen casas de armadores y tabernas de marineros, muchas reconstruidas en elegantes brasseries o creperies.


La más famosa de todas las mansiones de antiguos armadores es la casa Pélicot, cuya estructura recuerda a la parte trasera de un navío. Aún conserva el entramado de madera típico de la arquitectura bretona. Esta se encuentra muy cerca de la casa de la Duquesa Ana.
Esta casa es uno de los imperdibles que ver en Saint-Malo, construida a finales de la Edad Media (siglo XV) con la arquitectura típica de las mansiones bretonas de las familias adineradas. La Duquesa vivió en esta casa varios años mientras terminaban de construir el castillo.

Casas con entramado de madera en la rue  Pélicot. Fuente de la fotografía: Sinmapa
Otras de las construcciones que no te puedes perder, es la Maison Hoyssaye, también conocida como "la casa de los holandeses", con su bello torreón circular es la más antigua de Saint-Malo, anteriormente incluso al castillo.

La Maison Houssaye. Fuente de la fotografía: Lacosmopolilla
Podemos ir buscando algunos de los edificios originales, como la capilla de Saint-Aaron, del siglo XVII, en el punto más alto del casco histórico en el lugar en el que, según la tradición, el mismo santo construyó la primera ermita.


O el Hôtel André Désilles, también del siglo XVII, hoy biblioteca municipal. Igualmente podemos acercarnos a la rue Pélicot, donde podremos apreciar las pocas que aún se conservan con entramado de madera tras el incendio de 1661. Cerca de esta calle está la Maisón Internationale des Poètes et des Ecrivains, construida también en madera reutilizando materiales de los barcos.
El patio de la casa natal de Chateaubriand es otro de los ejemplos que quedan en construcción de madera. Desde ahí, puedes volver a la plaza del castillo.


LA CATEDRAL DE SAINT-VINCENT
OTRO LUGAR A VISITAR


Su alta aguja gótica se divisa desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, sobresaliendo entre el dibujo gris de los tejados de la ciudad. Sin duda, otro lugar imperdible de Saint-Malo es la catedral corsaria de Saint-Vincent, el núcleo espiritual de ciudad. Sus obras empezaron en el siglo XII y acabaron en el XVIII, y lo que se ve actualmente es fruto de la restauración tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Su estructura de templo alineado con las rocas del terreno albergan la tumba del corsario Duguay-Trouin, además de señalar el punto en que el obispo bendijo el viaje de Jacques Cartier en su búsqueda hacia nuevas rutas comerciales a China surcando las frías aguas de Terranova. Una catedral marinera para una urbe pensada por y para el mar.


Otros detalles en los que fijarse son el claustro medieval, las vidrieras contemporáneas, las campanas originales recuperadas tras el derrumbe del campanario en la guerra y el original de la estatua de madera de la Virgen de la Grand-Porte, del siglo XV.


LA FRÉGATE CORSAIRE L´ETOILE DU ROY DEL SIGLO XVIII
OTRA VISITA IMPERDIBLE


Ya fuera de la ciudad amurallada, muy cerca de la oficina de turismo, nos llama la atención un barco, el Étoile Du Roy, una fragata pirata, réplica de un navío que aquí existió durante el siglo XVIII.
Esta embarcación con 47 metros de eslora y tres mástiles, hace que éste sea el segundo barco tradicional más grande de Francia y buque insignia de la flota de la familia Escoffler. Tenía capacidad para 240 marineros y 20 cañones con velamen de 1000 metros.


En el siglo XVIII se utilizaban este tipo de navieros para transportar mercancías, pero hoy en día su uso es más lúdico y sus dueños lo alquilan para hacer fiestas, reuniones, rodajes de películas....  Y como no, para disfrutar de todos los grandes eventos náuticos del norte de Francia. Igualmente se puede visitar como si de un museo se tratase, donde se puede ver la cubierta, el puente de mando con su timón, el camarote del capitán, el comedor y la sala donde dormían los tripulantes.

A los mandos del timón
Las armas del capitán
Comedor y dormitorio al mismo tiempo para la tripulación
Accediendo a la bodega
La cubierta de Étoile du Roy
El gran camarote del capitán
Esta réplica fue construida en Turquía en 1997 por el armador inglés Michael Turk para utilizarlo en una película, apareció también en una serie inglesa y es la copia exacta de una fragata británica del siglo XVIII, el HMS Blandford. Actualmente es un museo, se puede visitar por dentro, y aquí abajo está toda la información necesaria para su observación.

(Precios, actividades, horarios, boutique, etc.)

Toda la información adicional sobre Saint-Malo, tales como: Donde dormir, donde comer, como llegar, etc. la encontraréis en la entrada




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