Ya en La Hiruela, dejaremos nuestro vehículo a la entrada del pueblo, en los aparcamientos habilitados. Entrar con el coche dentro del municipio es solo permitido a los residentes. Comenzamos descendiendo la calle del Corcho en busca del núcleo urbano. A los 200 metros nos encontraremos con la posibilidad de continuar por dos calles. Nosotros tomaremos la calle de la izquierda, "Calle del Pilón". En la confluencia de las dos calles, Corcho-Pilón, y por la izquierda, nos encontramos con El Peral de La Hiruela, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid.
Continuamos por la izquierda de la iglesia hasta que nos topamos, a la izquierda, con el cartel indicativo de la ruta. Ahora nos desviamos por el camino de la derecha, el que está señalizado con las marcas rojas y blancas del GR-88.
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En este punto tomamos el camino de la derecha |
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Seguimos el GR88 |
Este primer tramo del recorrido discurre por el antiguo camino que los vecinos de La Hiruela utilizaban para ir a Cardoso de la Sierra, en la provincia de Guadalajara. A lo largo de los primeros 500 metros encontraremos nogales, melojos, saúcos y cerezos silvestres. Comenzamos a descender muy suavemente hasta que nos encontramos con que el camino gira bruscamente a la derecha, llegando así al arroyo de la Umbría. Un poco más adelante tendremos que cruzar el arroyo para seguir por su margen izquierda.
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Tramo del recorrido |
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Tramo del sendero |
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En este punto giramos bruzcamente a la derecha |
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Cruzando el arroyo de la Umbría |
Avanzamos atravesando un frondoso bosque de enormes melojos y robles albares rodeados de numerosos helechos. La ruta comienza a descender poco a poco y a acercarse al río Jarama, que en este punto hace de límite natural entre Madrid y Guadalajara. Después de caminar 1,8 kilómetros, llegamos frente a un puente de madera levantado sobre el río Jarama, que no hay que cruzar, puesto que en esa dirección se llegaría a El Cardoso. El recorrido continúa por la derecha, junto a la orilla del río, entre abundante vegetación de ribera, álamos blancos, sauces, abedules y chopos. A partir de este punto, la señalización cambia, ahora seguiremos las marcas blancas y amarillas de sendero local PR GU 04 y tomando la dirección hacia el Barranco del Jarama, Roblelacasa .
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Seguimos las marcas del GR 88 |
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Tramo del sendero |
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En este punto giramos a la derecha, tomando dirección hacia Roblelacasa, si cruzaramos el puente iríamos dirección a El Cardoso. |
Continuamos por la margen derecha del Jarama llaneando. En pocos minutos alcanzamos las ruinas del molino de Juan Bravo. De él quedan las paredes y una antigua piedra de moler. A modo de curiosidad histórica, diremos que los molinos, en estas aldeas de la sierra del Rincón, solían pertenecer al concejo, el cual se lo arrendaba a un molinero que, como recoge un contrato de 1806 de Puebla de la Sierra, se comprometía a "llevar y traer el grano de los vecinos".... y maquinar (cobrar) de cada fanega medio celemín de trigo o centeno......
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Tramo del sendero |
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Otra vista del camino a seguir |
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Ruinas del Molino de Juan Bravo: A este molino se acercaban a moler desde todos los municipios de los alrededores de la Provincia de Guadalajara, llegando incluso desde Torrelaguna de la Comunidad Autónoma de Madrid. Tenía la peculiaridad de tener una única piedra de moler y por lo tanto sólo se dedicaba a la molienda de cereales y bellotas en basto para la producción de pienso de ganado y no para harinas destinadas a la alimentación humana. Dejó de funcionar en 1860 y sus ruinas llegan hasta nuestros días, pudiéndose apreciar el camino carretero que lleva hasta el molino y la pradera que le rodea, donde los propietarios del mismo alimentaban durante todo el año al ganado. |
Un poco más adelante un puente (algo excesivo) permite cruzar el río. Al otro lado, el sendero gana altura, lo que nos permite tomar conciencia más amplia del entorno. Los álamos temblones nos guían en nuestro camino. Tras recorrer 680 metros desde que se cruzó el puente, aparece una pequeña presa en el río, siendo la antesala del molino harinero de La Hiruela.
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El río Jarama |
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Tramo del camino a seguir |
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Otro trozo de sendero |
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El puente que nos cambia de orilla |
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Bonitas vistas de un tramo de nuestro camino |
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Aguas congeladas en la pequeña presa que abastece de agua al antiguo molino arinero de La Hirula |
Este punto puede ser el más complicado de nuestra ruta, pues el cauce debe cruzarse por las piedras que forman la presa. En venaro, apenas hay agua, pero en otras épocas del año hay que extremar la precaución ya que las piedras mojadas son muy resbaladizas.
Nada más salvar la presa, ya se ve a lo lejos el famoso molino harinero de La Hiruela. Ahora el sendero transcurre por un pequeño y angosto camino hasta que llegamos a otro puente que salva el rió Jarama.
Este último trozo por el margen izquierdo del río, el sendero se estrecha un poco, teniendo que sortear algún pequeño tramo de rocas antes de cruzar el puente que nos lleva hasta el área recreativa del molino. Los alrededores del molino bien se merece una parada para poder disfrutar del tranquilo entorno poblado de chopos, cerezos silvestres y saúcos, en la que también hay algunas mesas con bancos para descansar y hacer picnic. Nosotros lo aprovechamos para tomarnos un tentempié regado con un delicioso caldito casero.
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Vista general del área recreativa El Molino |
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Que bien sienta un caldito casero calentito con esta temperatura. |
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El molino harinero de La Hiruela: Situado en el río Jarama, en la línea que separa las provincias de Guadalajara y Marid, en la falda del municipio de La Hiruela en una bonita área recreativa junto al río y rodeado de cerezos y saúcos. El molino estuvo funcionando hasta el año 1960 aproximadamente y su último molinero se llamaba Pablo Palomino, que llegó a La Hiruela cuando tenía tres años de edad y su labor comenzó ayudando a su padre en el molino. Además de la molienda, el molinero vivía de la pesca (truchas), la caza (jabalí y corzo) y del huerto que tenía enfrente del molino donde sembraba judías, hortalizas y verduras. Al depender del caudal estaba continuamente funcionando. El otoño y la primavera eran los periodos de más trabajo por estar más reciente la cosecha (centeno, cebada y avena). En verano, por la escasez de agua, se molía a represadas, esto es, se llenaba el cubo y se soltaba el agua para poder mover el engranage. La iniciativa del Ayuntamiento y el apoyo económico de la Comunidad de Madrid y de la Unión Europea, hicieron posible su recuperación en el año 2000 poniendo en valor una de las identidades de este pueblo serrano. |
Según se ha accedido al molino, desde el puente, lo rodeamos por la derecha, y llegamos a su balsa. Aquí hay una puertecita, la pasamos y empezamos un ascenso entre rocas, todo habilitado con escalones de madera para salvar el desnivel. Tras pasar la puerta, se asciende unos pocos metros por unas rocas y, a mano izquierda, hay otra puerta idéntica que también hemos de pasar. Después, continuamos sin ningún tipo de perdida, ya que no hay desviaciones en el sendero, hasta que llegamos a una bifurcación. Por la izquierda se nos presenta la posibilidad de ir a visitar el colmenar. Nosotros no lo dudamos y fuimos a visitarlo.
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Tras la balsa del molino, continua el camino |
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Escalones de madera que salvan la pendiente entre rocas |
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Según venimos, a la izquierda, arranca el senderillo que nos acerca a El Colmenar |
Tras la cancela, este pequeño sendero nos acerca en poco tiempo hasta el rehabilitado Colmenar comunitario de La Hiruela. Además, este pequeño sendero conlleva una grata sorpresa, que desde El Colmenar hasta el pueblo de La Hiruela se ha establecido una senda apibotánica. Esta senda temática sobre flora de interés apibotánica, es la única que existe en la Comunidad de Madrid. A lo largo de este recorrido se realizan paradas ante paneles informativos, explicando los aprovechamientos y características organolépticas de las mieles a las que dan origen, así como colores, sabores, y diferentes productos de alta calidad biológica que producen las abejas, polen, cera, propóleos, jalea real......
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Panel informativo de la senda apibotanica |
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Muro que delimita el Colmenar |
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Detalle del colmenar |
Cuando hayamos acabado de disfrutar del entorno, volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce de caminos. Torcemos a la izquierda y ascendemos por una torrentera que, en épocas de lluvia, puede llevar agua y estar muy embarrada, pero no hay problemas, ya que está todo acondicionado con rampas, pasarelas y escaleras de madera que evita todo esto. Tras recorrer unos 500 metros de esta torrentera, comienzan a verse las primeras casas de La Hiruela, llegando a una vía asfaltada, la calle de Las Dehesas, por la que se sigue de frente para llegar de nuevo a la Plaza de San Miguel. Ahora nos paramos en el bar La Hiruela, que se encuentra en la plaza, para darnos un buen banquete y celebrar lo bonito de esta ruta.
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Empezamos a subir por la torrentera |
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Tramo del sendero |
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Tramos habilitados para que el caminar sea más agradable |
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Ya se ven las primeras casas de La Hiruela |
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En este punto confluyen varias rutas. Desde aquí da comienzo la senda apibotánica |
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Llegando al bar-restaurante La Hiruela donde nos damos un homenaje por lo bonita de la ruta |
Tras comer, volvemos a la calle de Enmedio, la seguimos de frente y llegamos a la calle de Abajo, y así poco a poco y disfrutando de este maravilloso pueblo, llegamos a la confluencia de las calles Corcho-Pilón y la calle de Abajo. Desde este punto solo tendremos que subir un poco más hasta los aparcamientos donde tenemos nuestro vehículo y donde damos por concluida esta bonita y tranquila excursión.
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Los excursionistas |
Excelente ruta, muy buena
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